sábado, 22 de febrero de 2014

Mala leche

La foto que ilustra esta entrada se ha publicado en la fanpage de una conocida compañía fabricante de juguetes y demás productos destinados a la infancia.
Mala leche es el primer título que me ha venido a la cabeza, aunque a estas alturas ya no sé si la mía, al ver la mencionada foto, o de quien haya pensado utilizarla como reclamo para la marca.
Me diréis que tiendo a ver solo lo negativo de las cosas, y es posible que estéis en lo cierto (o no, tengo muchas entradas en el tintero que no publico por falta de tiempo, aunque es verdad que lo negativo parece dar más juego), pero en mi humilde opinión, es una imagen que no tiene desperdicio.En ella se puede apreciar a un niño pequeño dándole un biberón a un bebé, acompañado de la leyenda "Si te lo acabas todo, te harás tan grande como yo".
Es una imagen que debería resultar bonita y enternecedora, pero como talibana de la teta que soy, me chirría cosa mala.
Me parece admirable y precioso, sin duda, que el niño mayor cuide de su hermanito, pero ¿a los señores publicistas no se les ha ocurrido otra manera de representar gráficamente el apego fraternal? Personalmente, me habría parecido infinitamente más conmovedor y acertado que hubieran publicado una imagen de dos niños jugando juntos, o de un niño mayor mimando a uno más pequeño.
En segundo lugar, ese "si te lo acabas todo" evoca cierto chantaje emocional, acuden a la mente imágenes de madres desesperadas que lo intentan todo con tal de que el bebé se termine el cuarto de litro de papilla de 7 verduras con carne y arroz que, según el pediatra o el villano de turno, es el único alimento capaz de evitarles monstruosas carencias nutricionales en un futuro no demasiado próximo.
Para rematar, el "te harás tan grande como yo" me recuerda a los trillados comentarios de suegras, vecinas y opinólogos en general, se parece peligrosamente a ese con biberón se crían igual, frase de cabecera de quienes se atreven a dar consejos de lactancia cuando de lactancia saben bien poco.
La foto, según he podido comprobar, ha causado cierto revuelo en la comunidad feisbukera, hasta el punto de que en un grupo en el que participo se ha llegado a preguntar si es posible denunciarla.
La pregunta no es tan ilógica como parece si tenemos en cuenta que la conocida red social acostumbra a censurar las fotos de bebés amamantados, dando así origen, entre otros, al movimiento conocido como Revolución blanca. Si a determinadas personas les ofende ver a un bebé amamantado, cabe esperar que a otras les ofenda ver a otro tomando un biberón.
Sin embargo, me temo que una hipotética denuncia en ese sentido tiene bastante pocas posibilidades de prosperar, a no ser que se consiga demostrar más allá de toda duda que el biberón es un símbolo fálico y por tanto la foto incumple las famosas normas de Facebook.
Hasta donde sé, se puede denunciar cualquier foto, desde las que nos resulten claramente ilegales u ofensivas hasta las que simplemente nos incomoden o nos den repelús, pero luego alguien se encarga de revisar las denuncias recibidas y decidir qué fotos merecen quedarse y cuáles deben ser irremediablemente condenadas a la hoguera virtual.
Por algún motivo, ese alguien o quien por él, parece considerar que el binomio bebé + teta equivale a pornografía, e incumple por tanto las normas, desencadenando la caza de brujas, perdón, procedimiento habitual que puede concluir con la eliminación del perfil culpable, mientras que utilizar las tetas, o cualquier otra parte del cuerpo, como reclamo sexual no las incumple y se trata por tanto de un uso legítimo y justificado de la libertad de expresión.
Puedo entender, en parte, que Facebook no censure cualquier foto que sea denunciada solo porque a alguien le moleste verla; si lo hicieran, se quedarían en blanco y negro. Por tanto, si se denuncia esa foto, o cualquier otra, hay que tener claros los motivos.
Que yo sepa, una foto de un bebé tomando un biberón no es ilegal, a no ser que se publicite leche de inicio: en ese caso, incumplirían el código de comercialización de sucedáneos de leche materna y la imagen debería ser retirada. Sin embargo, esa imagen ha aparecido en la página de una fábrica de juguetes, no anuncia ninguna marca de leche artificial, y puestos a rizar el rizo, ese biberón puede contener leche materna.
Por otra parte, lo legal no siempre coincide con lo cabal, y lo que personalmente me molesta de esa imagen no es lo que muestra, sino lo que da a entender. Como una prenda de ropa interior, lo que revela es sugerente, pero lo que esconde es esencial.
Después de décadas de culturas del biberón, estamos acostumbrados a encontrarlo por doquier, en las cestas de regalos para recién nacidos, en las revistas de puericultura, en los cuentos para niños, en los dibujos animados. Consciente o inconscientemente, imágenes como estas contribuyen a fomentar, a agrandar aún más un imperio construido por un puñado de multinacionales que buscan llenar su bolsillo sin importarles los daños colaterales que puedan causar.
Finalmente, os pido que por favor no intentemos reconducirlo otra vez al trillado debate buenas madres vs. malas madres. No se trata de que se pueda ser buena madre dando biberón y mala madre dando teta, ni de que haya bebés alimentados con fórmula que no han tenido un catarro en su vida y bebés enfermizos a pesar de que tomen pecho, no se trata de libertad de elección ni de ser radical o moderado.
Si me habéis leído aquí y allá, sabréis que mi hijo mayor tomó biberón a mi pesar; así que he estado en ambos bandos, he recibido críticas por esto y por aquello. Esto no es una revancha, ni un desahogo. A estas alturas, las heridas que mi lactancia fracasada me produjo en su día están más que sanadas y cicatrizadas; sin embargo, no puedo evitar pensar que a lo mejor en este momento otras mamás están pasando por una situación similar.
Considero que cuando una lactancia se hace cuesta arriba, cuando el seguir luchando solo provoca dolor y sufrimiento, es la madre la que debe tomar la decisión última sobre seguir adelante o tirar la toalla. En ambos casos, su decisión merece respeto y comprensión, no críticas y juicios sumarios.
Admito que cuando renuncié a dar el pecho a mi hijo me molestó bastante ser mirada con desdén en la farmacia al comprar leche de inicio o con pena cuando le daba el biberón en el parque.
Pero, pensándolo bien pensado, me molesta mucho más que las personas que en su momento estaban en posición de ayudarme no lo hayan hecho, se limitaron a cantarme las alabanzas del biberón y a decirme que daba lo mismo una cosa que la otra; en algunos casos lo hicieron por ignorancia, en otros, movidos por intereses comerciales.
Cuando hablamos de que "no se es peor madre por dar biberón", "se crían igual de bien", "la LM es mejor, pero..." solemos recurrir a ejemplos extremos donde la lactancia es imposible, véanse madres adoptivas, mastectomías, medicamentos incompatibles (que no son muchos, pero haberlos haylos, como las meigas).
Sin embargo, la grandísima mayoría de lactancias fracasan por razones mucho más triviales, mal agarre, estimulación inadecuada o insuficiente, y sobre todo, información desfasada, maliciosa, tendenciosa y nefasta del entorno, profesionales de la salud incluidos (sin ánimos de generalizar).
La foto con la que empecé esta tirada es solo una muestra, una pequeña piedra en el camino, pero juntando todas las piedras se puede construir una torre que llegue hasta el cielo, y así nos va.


2 comentarios:

  1. Yo creo que el mundo de la publicidad está dominado por hombres, como la mayoría. Si no estos anuncios no tienen explicación, ni los de colonias, ni los de cremas que te anuncian niñas que no las necesitan, ni los de los "limones" del Caribe...

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    1. Gracias por tu comentario Marián ♥
      No sé hasta qué punto es cosa de hombres, a decir verdad después de escribir esta entrada he recibido algún que otro cumplido del tipo extremista, talibana y demás lindezas, y de parte de mujeres.
      Lo que me ha llamado la atención es que esa foto no la ha sacado un fabricante de leche sino de juguetes... Me ha parecido tan fuera de contexto que no me he podido resistir a "despellejarla".
      Besos.

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