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domingo, 5 de marzo de 2017

Proyecto solidario

No acostumbro a pedir este tipo de favores a través de las redes sociales, pero en esta ocasión, creo que lo merece.

Una amiga colabora con ATELMA (Asociación de Trastorno Específico del Lenguaje de Madrid); la asociación está poniendo en marcha un proyecto solidario, se trata de un club social para niños y adolescentes con TEL. Me ha pedido que la ayude a difundir el enlace para recibir votos para su proyecto.

Se puede votar, desde Facebook, Google o e-mail, a través del siguiente enlace:


Por favor, dedicadle unos minutos para echar un vistazo al proyecto, para enviarle vuestro voto y compartirlo con vuestros contactos.
Seguro que si cada uno de nosotros pone su granito de arena, entre todos conseguiremos convertir este mundo en un lugar menos inhóspito.

Gracias y un abrazo.





lunes, 28 de abril de 2014

Dormir sin llorar - El libro de la web

Una vez leí que para tener una vida plena hay que tener hijos, escribir un libro y plantar un árbol. A partir de ahora, puedo decir con orgullo que solo me queda el árbol.
El próximo 20 de mayo sale a la venta Dormir sin llorar - El libro de la web, del que soy coautora. Me gustaría presentarlo diciendo que es el mejor libro sobre sueño infantil jamás escrito, aunque para hacer honor a la verdad me veo obligada a hacer una serie de puntualizaciones.
He leído unos cuantos libros que tratan en parte o en su totalidad el sueño de los niños, y he hojeado
unos cuantos más; por lo general, hasta donde he podido comprobar, se dividen en dos categorías: unos explican cómo, cuánto y dónde debería dormir un bebé, hacen hincapié en la firmeza de los padres a la hora de conseguir el objetivo que se han planteado, recomiendan dejar llorar al bebé hasta que se acostumbre, no acudir, o no hacerlo hasta pasado un tiempo, si se despierta y así sucesivamente; otros muestran un enfoque más respetuoso, defienden que el sueño es un proceso evolutivo, explican que los despertares son normales, pero tienden a ser parcos en consejos a la hora de capear el temporal.
En Dormir sin llorar defendemos sin dudarlo esta última corriente, consideramos que dejar llorar a un bebé no es ético, ni efectivo, ni saludable; sin embargo, tantos años de experiencia foril, de dar y recibir consejos, nos han enseñado que no se trata simplemente de aguantar hasta que el sueño del niño empiece a parecerse al de un adulto. Es posible mejorar el sueño de todos, del bebé pero también de los padres, sin que nadie se resienta ni tenga que sufrir por ello.
Este libro es la culminación de un proyecto que empezó hace casi cuatro años, aunque por aquel entonces ni se nos pasaba por la cabeza la idea de escribir un libro sobre sueño infantil. Empezamos recopilando artículos para debatirlos, actualizar la Guía Dormir sin Llorar con la información que encontrábamos útil, y poco a poco fue tomando forma la idea de redactar un folleto con consejos respetuosos sobre sueño para irlo repartiendo en las maternidades, consultas de pediatría y grupos de apoyo. Una cosa fue llevando a la otra, y empezamos a barajar la idea de escribir un libro y autoeditarlo, hasta que la editorial Obstare decidió apostar por nosotras y hacerse cargo de la edición.
Esta es la historia "oficial" de nuestro libro, pero al mismo tiempo también es nuestra historia: una historia de noches en vela detrás de una pantalla, de un borrador en Google docs con notas en todos los colores del arco iris (cada una un color, para controlar los cambios), de capítulos escritos a una sola mano y con un bebé a la teta, de conversaciones y debates; es una historia de expectación, de superación, de ganas de hacer algo grande y de contribuir a cambiar el mundo. Es mi historia, es la historia de Rafi, de Mon, de Merche, de Bego, de Cristi y de Rosalina, una historia de madres, foreras y amigas. Gracias a todas por estos años, por lo que las palabras no pueden expresar.
Alea jacta est, y larga vida a Dormir sin llorar.

Contenido

Prólogo de Carlos González

CAPÍTULO 1- INFORMACIÓN GENERAL SOBRE EL SUEÑO DE LOS BEBÉS - El sueño normal del bebé y el bebé que duerme mal - ¿Por qué se despiertan los bebés? 
CAPÍTULO 2- ESTRATEGIAS BÁSICAS Y NECESARIAS PARA MEJORAR EL SUEÑO - El ambiente del sueño- Plan de siesta - Guardería - Viajes - La rutina de buenas noches
CAPÍTULO 3- BEBÉS DE 0 A 3 MESES - ¿Cómo duermen los recién nacidos? - ¿Qué el bebé se duerma sin ayuda?- Estrategias para dormir a un bebé de 0 a 3 meses - El colecho, una opción a tener en cuenta - El Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante y el colecho - Otros problemas y otras soluciones - El bebé con cólicos - Técnica para envolver al bebé - El cólico y la falta de siestas - El cólico en bebés amamantados - Masajear al bebé - El descanso de la madre en el post-parto - Estadísticas - Plan de acción.
CAPÍTULO 4- BEBÉS DE 4 A 7 MESES- ¿Cómo duermen los bebés de 4 a 7 meses? - Crisis de crecimiento en bebés amamantados - Consejos básicos para el sueño - Identifica las señales de sueño del bebé - Dormirse en brazos - Dormirse con el chupete - Dormirse comiendo y despertarse para comer - ¿Cereales para dormir más y mejor? - Regreso al trabajo y cuidado por el papá u otras personas - Estadísticas - Plan de acción
CAPÍTULO 5- BEBÉS DE 8 A 12 MESES- ¿Cómo duermen los bebés de 8 a 12 meses? - La angustia de separación y el apego - ¿Cómo ayudar-(nos) a superarlas ?-  La salida de los dientes - La alimentación complementaria y su relación con el sueño - Nuevos hitos: aprender a sentarse, ponerse de pie y gatear - Sacarlo de la habitación de los padres - Descansar durante el día - Identifica las señales de sueño del bebé - Palabras mágicas - Dormirse en brazos - Dormirse con el chupete - Plan cambia-rutinas, dormirse comiendo o siendo mecido, etc. - Plan padre - Estrategias para madres que dan el pecho - Estadísticas - Plan de acción
CAPÍTULO 6- BEBÉS DE 1 A 2 AÑOS- ¿Cómo duermen los bebés de 1 a 2 años? - La angustia de separación - Salida de más dientes - Nuevos hitos: caminar, correr, hablar.. .- Las rabietas. - Consejos básicos para el sueño.- Alimentos que favorecen el sueño- Otros problemas, otras soluciones- Dormirse en brazos- Plan cambia-rutinas, dormirse comiendo o siendo mecido, etc -  Plan padre - Biberones nocturnos - Estrategias para madres que dan el pecho - Cambiarlo de habitación - Estadísticas - Plan de acción
CAPÍTULO 7- NIÑOS DE 2 A 3 AÑOS- ¿Cómo duermen los niños de 2 a 3 años? - Rabietas, los terribles dos- Miedos - Dejar los pañales - La siesta - Alimentos que favorecen el sueño - ¿Pesadillas o terrores nocturnos? - Plan padre - Biberones nocturnos - Estrategias para madres que dan el pecho - Dormir en su habitación y permanecer en ella - Estadísticas - Plan de acción
CAPÍTULO 8- NIÑOS DE MÁS DE 3 AÑOS- ¿Cómo duermen los niños de más de 3 años? - Miedos - El inicio del colegio - Consejos básicos para el sueño - Cenas para dormir - Malos sueños - Mojar la cama, enuresis nocturna - Celos de hermanos - Dormir en su habitación toda la noche - Dejar el chupete - Conclusiones - Plan de acción
CAPÍTULO 9- DORMIR A DOS O MÁS- Hermanos de diferente edad - Mellizos o gemelos
CAPÍTULO 10- MOLESTIAS QUE QUITAN EL SUEÑO- Gases y cólicos- Reflujo gastroesofágico - Parásitos intestinales.- Catarros, tos, mocos - Salida de los dientes - Dematitis atópica - Alergias alimentarias o intolerancias a alimentos - Apnea del sueño y ronquidos - Pesadillas y Terrores nocturnos.- Sonambulismo - Adormecimiento brusco.   
CAPÍTULO 11- FÁRMACOS Y OTRAS SUSTANCIAS- Suplementos de melatonina - Antihistamínicos - Homeopatía- Flores de Bach - Plantas medicinales.
CAPÍTULO 12- MITOS SOBRE EL SUEÑO DE LOS BEBÉS-¿No pasa nada porque llore? - ¿A partir de los 3 meses debería dormir del tirón? - ¿Es raro que no sepa dormirse solo?- ¿El colecho hace a los niños dependientes? - ¿Dormirá mejor si se cansa mucho durante el día? - ¿El sueño se recupera? - ¿El mal dormir se hereda?
CAPÍTULO 13- ¿POR QUÉ SIN LLORAR?- ¿Qué son los métodos de extinción?- ¿Cómo funcionan realmente los métodos de extinción? - ¿Por qué sin llorar? Porque Dormir Sin Llorar, funciona.


El libro ha sido publicado por la editorial Obstare, con ISBN 978-84-941016-7-0 y se puede comprar en la tienda online de Dormir sin llorar, en Casa del libro, FNAC y en tu librería favorita.
Otros enlaces:
 

jueves, 30 de mayo de 2013

Redecorando mi vida

Estoy de vuelta, tras un paréntesis más largo de lo que pretendía; durante este tiempo, me he planteado muchas veces volver a escribir y no lo he hecho por varias razones: por falta de tiempo, de inspiración, por cansancio, por encontrarme sumergida en un proyecto del que hablaré a su debido tiempo.
El guiño al viejo anuncio de Ikea se debe a que últimamente ando bastante ocupada porque me he planteado reformar un poco la casa. Las obras no han empezado todavía, y puede que ni siquiera empiecen hasta dentro de un tiempo, pero por ahora estoy contactando con varias empresas y comparando presupuestos.
No es que mi casa se caiga a trozos, pero le hace falta un lavado de cara: las paredes necesitan un repaso después de tantos años de balonazos, "frenadas" con las manos y expresiones artísticas infantiles de vario tipo; la habitación desde la que escribo es muy pequeña y prácticamente solo cabe el escritorio y una estantería, me gustaría ampliarla un poco para añadirle una pequeña zona de estar, con un sofá cama por si alguien se queda a dormir algún día; mi hija también va necesitando un dormitorio en condiciones, no para dormir sola (no tenemos ninguna prisa, ni ella ni nadie) sino para tener su propio espacio; el suelo también se está empezando a levantar, cortesía de la bicicleta, las motos y demás vehículos.
A veces pienso que si nos tocara el gordo de la lotería compraríamos un ático con piscina y nos olvidaríamos de todo; pero luego pienso que incluso en ese caso no me gustaría marcharme de aquí, porque con todos sus defectos, es y seguirá siendo mi casa.
Es una casa bastante grande, quizás más grande de lo que realmente necesitemos; se la compramos en su día a unos señores que la habían recibido en herencia y estaban muy deseosos de deshacerse de ella. No fue precisamente barata, pero el precio que pagamos por ella estaba bastante por debajo de lo que se estilaba en aquellos tiempos.
La decoración es algo que siempre me ha gustado, desde la primera vez que cayó en mis manos, por casualidad, una revista de ese tipo: me quedé embelesada mirando fotos de mansiones que nunca me podré permitir, cocinas del tamaño de mi salón y luz que entra a raudales hasta por la ventana del baño. Hasta la fecha, sigo asombrándome ante el atino que demuestran algunos a la hora de encontrar textiles que combinan perfectamente con la alfombra y la vajilla.
En realidad, mi casa dista bastante de ser una casa de revista; en su momento, se convirtió en una casa a medida de bebé. Ahora, ya no necesito tapar enchufes ni forrar esquinas, porque ya superamos esa etapa, pero mi salón sigue siendo de estilo minimalista-barroco: minimalista en la parte inferior, porque escasean los adornos que se puedan romper y los muebles con los que se pueda tropezar, y barroco en la parte superior, en cuyos estantes se amontona todo lo que quité de abajo.
Admito que además de la necesidad objetiva de ofrecer una vivienda presentable a la vista de los invitados, está mi propio deseo de que mi casa cambie conmigo. Sigo evolucionando y transformándome, cada vez me siento peor por fuera pero mejor por dentro, y puede que necesite que mi hogar se vuelva a convertir en reflejo de mí.
A mi niño le encantan la ciencia ficción, el espacio, la astronomía y la saga de Star Wars: me gustaría sorprenderle con una habitación espacial, ponerle una cenefa de papel pintado que reproduzca el universo, o pintarle un mural que simule el espacio.
Mi niña todavía no tiene gustos claros; en cuanto a mí, me gustaría que tuviera una habitación bonita y acogedora sin caer en la tentación de abusar del rosa y llenarlo todo de motivos princesiles, más empalagosos que el algodón de azúcar.
El pasillo es lo que tengo más claro: un buen empapelado lavable y resistente que aguante carros y carretas en la parte inferior y pintura plástica de la buena en la superior.
Mañana tengo la última visita para medir y mirar; después seguiré esperando los presupuestos, que van llegándome con desesperante lentitud y tras compararlos iremos decidiendo.
Hay más cosas, más temas y más novedades, que iré contando en las próximas entradas. Esta vez no volveré a tardar tanto: no sé si habéis echado de menos mi blog, pero yo sí, y me alegro de estar de vuelta.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Montañas rusas

Mi madre tenía vértigo: no podía asomarse a una barandilla ni salir a una terraza sin marearse. De pequeña, cuando me llevaba al parque a jugar con mis amiguitos la veía sufrir en silencio mientras me subía al tobogán o intentaba trepar por los árboles (actividad en la que siempre destaqué por lo mal que se me daba), y eso me incomodaba. En realidad nunca me prohibió ese tipo de actividades, pero el mero hecho de ver lo mal que lo pasaba ya era suficiente para desanimarme.

Amusement park, de xedos4
http://www.freedigitalphotos.net
Quizá por eso, por rebeldía o como forma de reacción, me aficioné a las montañas rusas. Cuando empecé a salir con mi pandilla de amigos, las convertí en mi atracción favorita: para ser totalmente sincera, al principio me movía más bien el deseo de sentirme integrada y aceptada, pero con el tiempo empecé a apreciar el torrente de sensaciones que el viaje despertaba en mí.
He subido a muchas montañas rusas diferentes, pero con el tiempo los recuerdos se han mezclado y solo permanece una sensación difusa de sentimientos discordantes. Lo que sí recuerdo es la expectación al subir por una cuesta, el miedo de saber que cuando la subida termine iremos bajando a toda velocidad, el viento que me azota la cara, la descarga de adrenalina que casi noto físicamente, el grito (ya no sé si de miedo, de alegría, de poder o de todo un poco) que me acompaña en el descenso, esa sensación extraña que permanece cuando el viaje ha terminado, una mezcla de euforia y decepción.
Ahora mismo estoy subida a una montaña rusa emocional. No puedo, ni quiero, entrar en detalles debido a esa forma de superstición que en mi tierra se llama scaramanzia, y consiste básicamente en no hablar de acontecimientos que todavía no se han producido por miedo a que no tengan lugar. Puedo decir que se trata, sin embargo, de un sueño que poco a poco se convirtió en proyecto, un proyecto cuya grandeza me asombra y asusta al mismo tiempo.
Siempre me ha gustado soñar, porque dejar volar la imaginación brinda la posibilidad de vivir mil vidas,
de cambiar de rumbo a cada instante sin tener la necesidad de sopesar las consecuencias de las decisiones tomadas.
Pero como dije, el sueño ya no es tal, ahora es un proyecto que va tomando forma, que crece por momentos, y no precisamente gracias a mí, sino a una amiga que sabe encontrar el lado práctico de los sueños, que sabe remover cielo y tierra hasta convertirlos en realidad. Tener un sueño puede cambiar una vida, pero saber cumplirlo consigue cambiar muchas.
Así que aquí estoy, estoy sentada en un tren junto a las personas que comparten este proyecto conmigo, disfrutando del traqueteo de la subida mientras empiezo a sentir miedo ante el descenso inminente.
Deseadme buen viaje.