martes, 25 de octubre de 2011

Ramas

Hace tiempo que no actualizo el blog. Cuando lo creé, me prometí a mi misma que le dedicaría tiempo con regularidad e intentaría publicar nuevas entradas de forma asidua. Sin embargo, algunos días no tengo tiempo; otros, no tengo ganas. Hoy me dedico a escribir sin saber muy bien qué es lo que voy a publicar y por qué.
Stack of fellet wood, de Joseph Valks
http://www.freedigitalphotos.ne
Me siento desmotivada, pesimista; no me siento así a menudo, y detesto que me ocurra. Miro a mi alrededor y solo veo problemas: en mi vida, en vidas ajenas. Problemas de salud, familiares, sentimentales, laborales, económicos, anímicos. Ninguno de ellos es grave, por lo menos los que afectan mi propia existencia no lo son, pero cuando se acumulan, molestan.

Siempre que tengo estos pensamientos me viene a la mente un cuento que leí estando en el instituto. Es obra de un escritor de la antigua Grecia, cuyo nombre he olvidado hace tiempo.
El cuento narra la historia de un anciano que tenía tres hijos que se peleaban constantemente. Un día, el anciano cogió tres ramas, las ató y pidió a sus hijos que intentasen romperlas. Ninguno de ellos lo consiguió, así que el anciano desató las ramas, entregó una a cada uno de sus hijos y volvió a pedirles lo mismo. En esta ocasión, los hijos consiguieron quebrarlas con facilidad, y el anciano les explicó que ellos eran como las ramas: si se mantenían unidos, nadie podría con ellos, pero estando separados sería muy fácil vencerlos.
Soy hija única y me es difícil empatizar con un cuento que trata de transmitir una moraleja que nunca me ha hecho falta. Pero aún así la traslado a mi propia vida, convierto las ramas en problemas y descubro que el cuento tiene mucho sentido: si nos enfrentamos a los problemas por separado, conseguiremos romper todas las ramitas, pero si dejamos que se nos acumulen, llegará un momento en que no podremos con tantas a la vez. Además, creo que la comparación es acertada, porque los problemas son como las ramas: pueden ser frágiles ramitas o enormes troncos de encina, algunas veces son quebradizos y otras flexibles.
Hoy es uno de los días en los que me hace falta un hacha y una aspiradora para no dejar restos.

4 comentarios:

  1. Ánimo, nena, ya verás que sólo es una mala racha y pronto todo vuelve a ser como antes... aprovecha que de estos momentos también puede aprenderse un montón... un beso!

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  2. Ánimo Kim!!! Con las veces que nos has ayudado en el foro de dormir sin llorar!!!
    Piensa que todo pasa, bueno o malo, acaba pronto ;)

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  3. kim todo pasa, hasta las malas rachas. ÁNIMO.Un abrazo gordo

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  4. Gracias por los ánimos chicas. En realidad fue un mal día; afortunadamente, ya pasó.

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