lunes, 13 de junio de 2011

Ayudemos a Habiba

En esta ocasión, voy a dejar de lado mis reminiscencias de juventud para dedicar unas palabras a un caso del que últimamente se han hecho periódicos, redes sociales, blogs y demás medios de comunicación.
Siempre he pensado que lo peor que le puede pasar a uno en la vida es perder a un hijo. La muerte es caprichosa e irreversible, pero una desaparición puede ser incluso peor, deja la misma sensación de vacío sin la certeza del fin.
Algo parecido le ha ocurrido a Habiba, separada de su bebé sin ni siquiera una orden judicial, por el capricho absurdo de una institución. Cuando el caso salió a la luz y antes de que el IMMF (Instituto Madrileño del Menor y la Familia) enturbiara las aguas con afirmaciones vagas, se dijo que Alma, la hija de Habiba, había sido arrebatada de los brazos de su madre porque ésta la amamantaba "de forma caótica y no alimenticia", es decir a demanda, tal y como recomiendan la OMS y otros organismos oficiales.
Sin embargo, la historia de Habiba es mucho más que la reivindicación de la lactancia: la suya es una lucha contra el sistema, una negativa a doblegarse ante unas exigencias que no comparte ni comprende.
Si hay algo que he conseguido aprender en la vida, ha sido a luchar por mis ideales. Cuando nos enfrentamos al sistema, corremos el riesgo de ser pisoteados por una maquinaria implacable, pero desde que tengo memoria me produce cierta repugnancia la idea de verme obligada a adoptar unas normas que no me benefician en nada.
Entiendo a Habiba, entiendo su rechazo, el rechazo íntimo, profundo y visceral que toda madre debería sentir a la hora de obedecer unas imposiciones que solo causan dolor y sufrimiento, para adquirir unas "habilidades maternales" preconcebidas por quien considera la maternidad un desierto de hielo, frío y uniforme.
Habiba ha sido coaccionada por el centro de acogida en el que residía, ha sido traicionada por quienes deberían haberla apoyado.
Heart rotto, de idea go
http://www.freedigitalphoto.net/
Mucho se ha escrito ya sobre ella desde ese terrible lunes de finales de mayo, cuando su pequeña fue arrebatada de los brazos en los que había encontrado amor y cobijo a lo largo de su corta vida. Ahora yo también me sumo, por lo menos oficialmente, a la multitud de voces que claman al cielo, decididas a intentar convertir este mundo en un lugar que merezca la pena vivir.
Aparte de indignarme, me pregunto qué se puede hacer. En realidad me temo que no mucho, salvo difundir la noticia, enviar cartas de protesta y acudir a manifestaciones pacíficas. Se ha creado una petición para que el IMMF reúna a Habiba con su hija que se puede firmar online: hacen falta 25.000 firmas, hasta la fecha se han recogido algo más de 7.700. Se puede firmar la petición haciendo clic en este enlace. Espero que nuestras firmas consigan que se haga justicia.Como decía Madre Teresa, a veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.

2 comentarios:

  1. En mi blog tambien estamos con Habiba!!!

    Acabo de conocer tu blog y me ha parecido maravilloso. Desde hoy te sigo y te animo a conocer el mio http://creciendocondavid.blogspot.com/

    Saludos.

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  2. Hola Kim. Me ha encantado tu entrada, es terrible lo que está sucediendo con Habiba y su hijita, demencial....
    Un abrazo

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